Para la próxima temporada, por ejemplo, se deberán afrontar unos 17 viajes de octubre de 2023 a mayo del 2024 y si bien los traslados son costeados por la Secretaría de Deportes, que aporta las unidades, hay que cubrir los gastos de hospedaje y comida para una delegación de 18 personas. Además de los sueldos de jugadores y cuerpo técnico, y los pagos que hay que hacer a lo largo de la temporada, entre ellos, para árbitros y seguridad en los partidos que toca de local.
La situación política tampoco ayuda. A la inflación que golpea al país se suma el cambio de gestión y la incertidumbre, a falta de definiciones, que genera en el deporte sanjuanino. “El tema burocrático con el cambio de Gobierno nos trae acomplejado en los tiempos y formas, porque te obliga a empezar con un gobierno y a terminar con otro. Sí puedo decir que la ayuda que ofrece la Secretaría de Deportes es la misma del año pasado, dividida en tres cuotas, lo cual dificulta el arranque. No se llega a cubrir los gastos de logística y operativos para afrontar la Liga. Hay que sumarle un cien por cien a lo que ofrece el Gobierno. Para otros clubes es una millonada, pero para un club profesional es poco”, explicó Abba.
Ahora Jáchal BC tiene apenas tres días para confirmar si compite o no a nivel nacional. De confirmar su participación, se pondrán de cabeza en el armado del plantel (en medio de un clima de hermetismo, desde el club prefirieron no convocar a jugadores ni firmar contratos hasta no saber si disputarán o no la Liga Argentina). En septiembre arrancará la pretemporada y en octubre, la competencia. Pero si no llegan con el presupuesto, el club jachallero deberá replantearse su futuro en lo inmediato.


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