Colapinto terminó lejos

El Gran Premio de Austria —11.ª cita de la temporada y quinta participación de Franco  Colapinto confirmó la cruda realidad de Alpine: velocidad a una vuelta y sufrimiento con el tanque lleno. Con 50 °C sobre el asfalto a la hora de la largada y quince minutos de demora por el incendio del Williams de Carlos Sainz en boxes, la parrilla aguardó bajo paraguas y bidones de agua helada. Solo cinco pilotos —Colapinto, Pierre Gasly, Oliver Bearman, Isaac Hadjar y Nico Hülkenberg— arriesgaron con neumáticos blandos; el resto montó medias. La carrera se redujo de 71 a 70 giros tras dos vueltas de formación.

El caos apareció de inmediato: Kimi Antonelli bloqueó en la frenada de la curva 1 y desencadenó un choque múltiple que dejó fuera al propio italiano y a Max Verstappen; Hadjar cayó al fondo. Colapinto, ileso, pasó de 14.º a 11.º tras esquivar la melé.

El desgaste que lo arruinó todo
El bonaerense aguantó el ritmo inicial, pero en la vuelta 11 sus gomas rojas dijeron basta. Primero cedió ante Bearman, luego se defendió a brazo partido de Lance Stroll hasta que Esteban Ocon los superó a ambos. Alpine llamó a boxes: blandas por medias nuevas y regreso al último lugar.

Con el neumático amarillo, el ritmo se desplomó: de 1:10 alto a 1:12. Gasly, calzado con duros, sufría igual: «No sé cómo mantener el auto en la pista», clamó por radio. En el giro 30, Yuki Tsunoda tocó la rueda trasera del Alpine de Colapinto y lo mandó a un trompo; la FIA penalizó al japonés con diez segundos, pero el argentino perdió terreno crítico.

Último “stint” esperanzador… hasta la sanción
En la vuelta 40, ambos A524 montaron compuestos duros. Allí apareció la mejor versión de Franco: giró en 1:09 bajo —1:09.621 en el 44.º giro, sexto registro global— y alcanzó a Tsunoda. Sin embargo, en el 54.º intentó adelantar al japonés y, al reincorporarse a la línea, arrinconó a Oscar Piastri, que salía de boxes. El toque le costó cinco segundos.

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Con la penalidad a cuestas, Colapinto cruzó 14.º la bandera a cuadros, pero cayó a 15.º en la clasificación oficial, solo delante de Tsunoda. Gasly finalizó 13.º, también fuera de los puntos.

Balance: potencia escasa y manos llenas de nada
Alpine se marcha de Spielberg con otra prueba de que el problema es estructural: los neumáticos son el síntoma, el déficit de potencia —y tal vez de carga aerodinámica— la enfermedad. Colapinto, eso sí, rescató un dato positivo: mantuvo el auto entero y volvió a mostrar un ritmo competitivo cuando las gomas acompañan.

La próxima fecha será en Silverstone, donde el motor importa menos y la aerodinámica más. Necesitarán algo cercano a un milagro técnico para quebrar la sequía de puntos que ya dura cuatro carreras. Mientras tanto, McLaren festeja un 1‑2 que reanima la lucha por ambos campeonatos y deja claro quién aprovechó mejor el intenso verano europeo de desarrollo. Alpine, en cambio, sigue pagando cada domingo el peaje de un proyecto que no termina de despegar.

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