En la segunda semifinal del torneo de verano, en el Templo del Barrio Atlético, empataron 0-0 Leones y Merengues, dejando la llave abierta para la revancha, en un partido que terminó con incidentes entre jugadores de los dos equipos.
El partido fue parejo, con un Trinidad que jugó mucho mejor que su rival en el comienzo, donde tuvo las mejores situaciones, pero no pudo concretarlas por falta de puntería. Colón fue un equipo que le costó acomodarse, pero una vez que lo hizo, también tuvo sus chances.
El complemento se jugó con otra intensidad y a medida que pasaban los minutos fueron apareciendo algunos detalles que terminarían de explotar en el final. Algunos entre dichos entre jugadores de ambos equipos, con algunos de los bancos de suplentes y algunos encontronazos en cada dividida derivaron en un final bochornoso.
Cuando el árbitro Mauro Gómez pitó el final se desató la bataola donde hubo corridas por todos lados, trompadas y patadas por doquier y mucho nerviosismo entre los dos planteles, en tanto desde afuera, los hinchas hacían su parte.
Ahora habrá que esperar el informe del árbitro, que si cumple con el reglamento, de acuerdo a todo lo que pudo observar junto a sus asistentes, tiene que informar a varios componentes de ambos equipos, por lo que llegarían no solo diezmados a la revancha, sino que también se verían afectados para la final, si les toca jugarla.
La próxima semana será la vuelta en cancha de Colón, y la historia promete escribir otro capítulo.

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