Rivadavia consiguió una trabajosa victoria frente a Recabarren por 2 a 1, que le sirvió para recuperarse del golpe de la semana pasada en 9 de Julio.
Al equipo de Víctor Hugo Cabello le cuesta más de la cuenta poder conseguir buenos resultados, porque no consigue todavía ensamblar algunas piezas y por eso es que tiene que trabajar de más los partidos.
Hoy, frente a la Academia Zondina, comenzó algo dubitativo y eso le costó un par de sofocones en su área que casi terminan en la apertura del marcador. Cosa que sucedería cerca de los veinte minutos del primer tiempo.
La pelota viajaba demasiado en la mitad de la cancha, una mala combinación en la salida del elenco rojo derivó en un rápido contraataque de los zondinos que terminó definiendo Cristian Pérez, cruzado y abajo donde nada podía hacer el arquero local.
El viento jugaba a favor del dueño de casa en la primera parte, pero no podía hacerlo valer porque no lograba buen juego asociado y casi nunca intentó de media distancia.
Se moría la primera parte y el conjunto local llegaba al empate gracias a la conquista de Ezequiel Tejada para ponerle un poco de justicia al marcador, por lo que habían echo los dos equipos en los primeros cuarenta y cinco minutos.
En el complemento, Rivadavia empezó a jugar más a ras de piso, no abusó del pelotazo porque el viento no ayudaba. Mientras que Recabarren se tiró hacia atrás, se hizo un equipo compacto y esperaba por alguna contra salvadora.
En uno de los tantos intentos del equipo rojo, la pelota cayó en el área del visitante, pegó en la mano de un hombre zondino y el árbitro cobró penal, que Luciano Riveros se encargó de cambiar por gol para el delirio de la hinchada roja.
Luego llegaría una expulsión de un hombre de Recabarren y las cosas se le hicieron más fáciles a los de Cabello que comenzaron a manejar el partido a gusto y placer.
El silbato final del árbitro dió rienda suelta a la alegría de todos los hinchas locales, que relajaron sus corazones porque entendían que el triunfo tendría que haber sido más fácil, pero como le viene pasando a Rivadavia, le resulta más difícil de lo que parece.





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