La noticia llegó desde otro frente: Benfica le ganó 1 a 0 al Bayern Múnich, un resultado que deja al equipo argentino sin chances de clasificación, independientemente de lo que ocurra en su encuentro contra el semiprofesional Auckland City, que está empatado 1-1 y aún espera ser retomado tras la suspensión por inclemencias climáticas.
La ilusión de Boca de una histórica goleada se había desvanecido rápidamente en el campo de juego, y ahora, la confirmación de la victoria del Benfica sentencia su participación en el torneo.
El desarrollo del partido de Boca y la suspensión
Cuando se suspendió el encuentro entre Boca y Auckland City a los 10 minutos del segundo tiempo, el marcador señalaba un sorpresivo 1-1. Boca había logrado abrir el marcador a los 25 minutos del primer tiempo gracias a un insólito gol en contra de Nathan Kyle Garrow, el arquero del Auckland City. Sin embargo, en el complemento, Christian Gray logró el empate para los neozelandeses, que en el papel eran el rival más débil del grupo.
El partido permanece demorado por las inclemencias climáticas, pero el resultado del otro encuentro hace que su reanudación sea una mera formalidad para Boca, que ya no tiene posibilidades de avanzar.
La dura realidad de la eliminación
El Auckland City, que accedió al certamen como campeón de la Liga de Campeones de Oceanía, había sido la “cenicienta” del torneo, con goleadas en contra en sus dos primeros partidos (10-0 ante Bayern Múnich y 6-0 ante Benfica). La particularidad de este rival es que es el único equipo semiprofesional en la competencia, con jugadores que combinan el fútbol con diversos trabajos como dentistas, agentes inmobiliarios o empleados de empresas. A pesar de su perfil modesto, lograron amargar la tarde a Boca.
La eliminación temprana de Boca Juniors en el Mundial de Clubes es un duro golpe para el equipo y sus aspiraciones, marcando una decepción en su participación internacional. La reanudación del partido contra Auckland City, en la que se definirá si es derrota o empate, ya no tendrá impacto en su futuro en la competencia.
El “Diente de León” contra los “millonarios”: la particular realidad del Auckland City
El Auckland City, que accedió al certamen como campeón de la Liga de Campeones de Oceanía, ha sido la “cenicienta” del torneo. Sus dos primeros partidos en el Mundial de Clubes terminaron en goleadas en contra (10-0 ante Bayern Múnich y 6-0 ante Benfica), sin haber logrado marcar un solo gol hasta el tanto de Gray contra Boca.
La particularidad de este rival es que es el único equipo semiprofesional en la competencia. A diferencia de los salarios millonarios y la dedicación exclusiva al fútbol de sus adversarios, la mayoría de los jugadores del Auckland City tienen otros trabajos.
El propio entrenador interino, Paul Posa, se desempeña como odontólogo en Nueva Zelanda, y ha manifestado que “todos los jugadores tienen otros trabajos además de sus compromisos futbolísticos“, destacando su “dedicación extraordinaria al fútbol fuera de sus horas de trabajo”.
La lista de ocupaciones es variopinta: desde Gerard Garriga, que da clases de fútbol, hasta Conor Tracey, el arquero que trabaja en una tienda de artículos para la construcción, o Nathan Garrow, el actual arquero, quien es estudiante universitario. Los defensores incluyen un agente inmobiliario (Adam Mitchell), un empresario (Christian Gray) y un agente de seguros (Nikko Boxall). En el mediocampo hay empleados de atención al cliente de Samsung y asistentes de ingeniero de obra. En la delantera, un limpiador de autos (Ryan De Vries), un peluquero (Jerson Lagos) y un empleado de una empresa de herramientas eléctricas (Angus Kilkolly).
Angus Kilkolly, por ejemplo, se vio obligado a pedir vacaciones sin goce de sueldo para poder acompañar al club durante casi un mes en Estados Unidos. El capitán, Mario Ilich, que trabaja en el departamento de ventas de Coca-Cola, confesó a The Guardian: “He tomado todas mis vacaciones anuales para este viaje, así que no iré de vacaciones con mi pareja este año, eso es seguro”.
Además, un dato contundente que subraya la desigualdad es que los jugadores del Auckland City no perciben salario alguno por su labor futbolística, ya que la legislación de Nueva Zelanda establece un tope de poco más de US$ 90 para gastos básicos.
Mientras el partido permanece demorado por el clima, la situación de Boca es compleja. La “ilusión de una goleada histórica” se ha desvanecido, y la clasificación a octavos de final ahora depende no solo de reanudar y ganar el partido, sino también del resultado del encuentro entre Bayern Múnich y Benfica.
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